sábado, 20 de febrero de 2010

“¡SI DIGO QUE ESTÁS LOCO, ES QUE LO ESTÁS!”

Leonard Kristal describe, que en 1973, en notable desafío para un diagnóstico convencional y el tratamiento de las enfermedades mentales. David Rosenthan y doce de sus colaboradores utilizaron falsas identidades y se “recluyeron” ellos mismos en varios hospitales mentales de los Estados Unidos. Falsificaron cierta información acerca de sus supuestas enfermedades (“oigo voces, voces irreconocibles…”), pero mencionaron con veracidad todo lo acontecido en la vida pasada y en las circunstancias actuales.




("Torcuato de Taso, en el hospital de locos" 1839)


En doce de los doce hospitales, los supuestos paciente fueron diagnosticados como “esquizofrénicos” y se les recluyó a pabellones psiquiátricos, basándose en sus pretendidas “anormalidades”.

Sin embargo, una vez adentro. Rosenthal y sus colaboradores dejaron de simular sus síntomas psiquiátricos… todos se comportaban lo más formalmente posible en todas sus actitudes. No obstante a pesar de su pública “demostración” de cordura, los pseudo- pacientes permanecieron sin ser reconocidos. Finalmente a todos se les dio de alta con un diagnóstico de esquizofrenia en retroceso”, después de haber hospitalizados un promedio de 19 días,.

Ningún miembro de los hospitales dio cuenta, en ningún momento, de que se había cometido un error de admisión o de que una persona perfectamente normal había sido internada en un hospital para locos. Se dejó a los esposos, esposas y amigos asegurar su libertad.

El personal de un hospital norteamericano, que escuchó hablar del estudio de Rosenthal, manifestó muy seguro de dichos errores de juicio no hubiera podido ocurrir en su institución. Rosenthal puso a prueba sus declaraciones, informando que uno o más “impostores” solicitaran admisión a su hospital en los próximos seis meses. Cada uno de los 191 pacientes admitidos en dicho periodo fue sistemáticamente clasificado 19 como impostores. El número de pseudo-pacientes reales que Rosenthal envió al hospital fue de cero.

Sin duda, esto constituye (a menos que usted sea demasiado y piense que el grupo Rosenthal de verdad estaba loco) una acusación demasiado escandalosa en contra de ciertos “patrones médicos” empleados como técnicas de admisión y diagnóstico en los hospitales – y difícilmente capaz de calmar los temores comunes y recelos relacionados con la posibilidad de verse recluido erróneamente en una institución mental.

Sin embargo es tranquilizador el hecho de que ha habido un cambio importante de idea dentro de la psiquiatría en lo referente tales como “normalidad” y locura aún en los últimos años.

Los especialistas contemporáneos trabajan sobre planteamientos novedosos y efectivos dirigidos al diagnóstico y tratamiento.


La demencia de Doña Juana (1867)Óleo sobre lienzo, 238 x 313,5 cm.Museo del Prado. Madrid

En la práctica médica, el “ojo clínico” nunca podrá estar en desuso, es producto de un cúmulo de conocimientos inconscientes de la “rutina” producto de convivir con el paciente “considerándolo el mejor libro”.

El “ojo clínico”, es la habilidad que poseen algunos médicos para realizar diagnósticos rápidos y certeros. Es un “don” no caído del cielo, sino producto de la constancia obsesiva de descubrir aspectos ocultos de la naturaleza humana. Señales inconscientes que sus pacientes le transmiten y que son percibidos a través de la intuición.

Observable en los médicos psiquiatras de la era pre-científica, adentrándose al mundo psicótico, tratando de encontrar en la conducta alterada, en la involución la piedra filosofal que los lleve las causas primigenias… convirtiéndose en semiólogos innatos…

Práctica muy útil en los Servicios de Emergencia Hospitalaria, debiendo ser el núcleo central de en esta era científica la Medicina basada en Evidencias…


Tratar de llevar a cero el error médico.


Su amigo

Dr. Pablo Albán




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